12 Junio 2023 | En: Historias desde el territorio
Los padres de Andrés Osorno decidieron un día que debían nadar contra la corriente para asegurar la supervivencia. Mientras miles de familias colombianas dejaban el campo para buscar un mejor futuro en la ciudad, ellos optaron por escapar del miedo que vivían en su barrio y refugiarse en la tranquilidad de un pueblo. Era urgente proteger a sus dos hijos adolescentes de la violencia en Medellín.
"Llegamos a Cisneros en el 2014, cuando yo tenía 12 años, fue un buen cambio de vida, aunque siempre supimos que no había muchas opciones para la educación superior. Cuando terminé el bachillerato me matriculé a Telecomunicaciones virtual en la Universidad de Antioquia, pero entendí no me gustaba, ni la carrera ni el modelo de estudio. La vida me cambió cuando me matriculé a la IU Digital de Antioquia a estudiar Desarrollo de Software, allí encontré mi verdadera pasión".
Andrés está en sexto semestre y hace parte los Semilleros de Investigación. Actualmente trabaja en un proyecto que servirá para mejorar el diagnóstico de enfermedades visuales con inteligencia artificial. Todos los sueños que tuvo, todos, se están cumpliendo.
Este proyecto permitirá un salto en el diagnóstico de enfermedades visuales y a partir de ello, se podrá hacer un mejor tratamiento.
"Siempre me ha interesado comprender el funcionamiento del ojo y la percepción de los colores, también me apasiona el tema de la inteligencia artificial. Dos temas que se conectan en la investigación que adelanto con la orientación del profesor Walter Torres: "El objetivo es mejorar el diagnóstico de enfermedades oculares mediante un software que utiliza la inteligencia artificial en un sensor de frente de onda, llamado Hartmann-Shack".
Este joven de 21 años sabe que su recorrido como investigador apenas comienza, pero está convencido de que será parte de un proceso de largo aliento y pleno de satisfacciones, para él, y para sus padres, los que un día empacaron las maletas y se lanzaron en contra de la corriente.
