Noticias IU Digital de Antioquia

La lluvia también viene de lejos: el profesor José Andrés Posada y su aporte clave a la seguridad hídrica global

La lluvia también viene de lejos: el profesor José Andrés Posada y su aporte clave a la seguridad hídrica global

15 Mayo 2025

La investigación del docente José Andrés Posada Marín fue publicada en septiembre del año anterior por la revista Nature Water. En el marco de las fuertes lluvias que provocaron emergencias y deslizamientos en Medellín y el Valle de Aburrá durante las últimas semanas, su trabajo cobra una vigencia ineludible: entender de dónde viene el agua que cae del cielo puede ser clave para anticipar y gestionar los riesgos que enfrentan nuestras ciudades y territorios.

 

Para muchos, el agua que fluye por un río tiene un origen claro: la lluvia que cae sobre la cuenca que lo alimenta. Pero ¿alguna vez nos hemos preguntado de dónde viene realmente esa lluvia? Esa es precisamente la pregunta que llevó al ingeniero y doctor José Andrés Posada-Marín, docente de la Institución Universitaria Digital de Antioquia, a liderar una investigación internacional que hoy es reconocida por la comunidad científica global.

 

El artículo, publicado en Nature Water, demuestra que los riesgos para la seguridad hídrica no se limitan a lo que ocurre dentro de una cuenca hidrográfica. También están profundamente influenciados por lo que sucede en otras regiones "viento arriba", es decir, en los territorios desde donde se origina la humedad atmosférica que más tarde se convierte en lluvia.

 

“Yo me interesé por estos temas cuando recordé una frase de mi abuelo: ‘no cortes los árboles porque la quebrada se seca’”, cuenta el profesor Posada-Marín. “Con el tiempo entendí que la vegetación no solo afecta el agua que corre por el suelo, sino también la que llega desde el cielo”.

 

El origen de la lluvia importa

La investigación analizó 379 grandes cuencas hidrográficas en todo el mundo y reveló que al tener en cuenta las condiciones de gobernanza y desempeño ambiental de las regiones que aportan humedad, muchas veces ubicadas en otros países, el riesgo para la seguridad hídrica se incrementa notablemente. Por ejemplo, se evidenció que una mala gestión ambiental o política en la Amazonía puede afectar la cantidad de lluvia que recibe la cuenca del río Cauca-Magdalena en Colombia.

 

“El artículo demuestra que el enfoque tradicional, que sólo considera lo que pasa dentro de la cuenca, subestima los verdaderos riesgos. Es necesario mirar más allá, hacia esas regiones que alimentan la atmósfera”, explica Posada-Marín.

 

Un llamado a la hidrocooperación

Más allá del análisis técnico, el estudio plantea un mensaje urgente para la política internacional: el agua no tiene fronteras. Los países deben aprender a cooperar no sólo por los ríos que comparten, sino también por los ecosistemas lejanos que les proporcionan la lluvia. A este nuevo enfoque se le llama hidrocooperación, una forma de entender que la seguridad hídrica es una responsabilidad compartida entre regiones y naciones.

 

“Nuestra principal limitante como humanidad es que seguimos viendo el agua como un recurso, no como un bien común. Necesitamos cambiar esa visión para poder protegerla”, afirma Posada-Marín.

 

Ciencia con impacto global y raíz local

El logro de haber publicado en *Nature Water* es fruto de años de trabajo, de colaboración con universidades de Suecia e Italia, y de la firme convicción de que el conocimiento debe estar al servicio de las personas. El profesor Posada, además de investigador, coordina un semillero de estudiantes en la IU Digital de Antioquia donde se exploran temas relacionados con catastro, agua y territorio.

 

“Este estudio fue una necesidad personal y profesional, pero también busca conectar la ciencia con lo humano”, concluye. “Es un llamado a romper las barreras entre disciplinas y trabajar juntos por un futuro con agua para todos”.

 

¿Y qué tiene que ver todo esto con Medellín?

En las últimas semanas, Medellín y el área metropolitana han enfrentado lluvias persistentes que han provocado deslizamientos, cierres viales y emergencia en varios municipios. Estos eventos extremos no ocurren de manera aislada: son el resultado de complejos procesos atmosféricos que tienen su origen en otras regiones, muchas veces a cientos o miles de kilómetros de distancia.

 

La investigación del profesor Posada-Marín invita a repensar cómo entendemos el agua y su ciclo, y nos recuerda que proteger nuestros bosques y ecosistemas, aquí y en otras partes del planeta, es también una forma de cuidar la lluvia que necesitamos.